Buscar otro lado, otra manera de ver la vida sólo se puede cuando la que miras te duele.
Hoy las charlas filosóficas me han llevado por un mundo de hambre, enfermedades y desesperación que desconozco mientras vivo la anorexia, la bulimia y el desconcierto a mi alrededor.
La tranquilidad, la serenidad y todo lo que denota ese mundo de calma tiene un marco diferente según la vida de cada uno.
Igual que un metro vacío está lleno de cosas, sigue habiendo asientos aunque no estén ocupados y siguen faltando cuando se llena. ¿Cómo saber si hay muchos asientos o pocos en un vagón de metro si depende de la hora punta y de la estación donde coges el tren?
Cada uno tiene su perspectiva, cada uno tiene su vida y cada uno tiene sus experiencias.
Muchos no son capaces de abrir la mente hasta encontrarse dolorosamente donde no se esperaban estar. Los mayores dolores nos hacen ver el placer que da la vida cuando no se tiene ese dolor. La típica frase de "No sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes". Pero hay cosas que van más lejos de esas afirmaciones, de tener o dejar de tener...
Vivir implica elegir, y no siempre tomamos el camino correcto. Pero al no obtener lo que se esperaba también está en nosotros elegir aprender de ello o autocompadecerse hasta tener otro cruce de caminos.
Creo que tengo muchas cosas que decir, pero no siempre lo hago de la manera apropiada.
Un vagón de metro da para muchas reflexiones. Sólo hay que saber mirar más allá y observar... Aunque esté difuso, algún día enfocaremos bien los ojos.