Bella y Bestia

 

Desde ahí pude ver otro sueño hecho realidad de la manera menos esperada.

Una historia de amor con la que aprender a superar las barreras impuestas por uno mismo para saber amar.

Amar como yo siempre imaginé, con el deseo en el corazón de la felicidad de la otra persona por encima de la posesión de su querer.

Querer lo que es uno mismo y lo que uno muestra en la totalidad por encima de todas las cosas.

Cosas como la bondad. Algo que en esta sociedad está bastante extinta por confundirse con la tontez. Bondad...

Llevo escondiéndola suficiente tiempo como para darme cuenta que no soy yo misma sin ella.

Que me crean tonta si quieren. Quien de verdad tenga ojos para ver más allá de su nariz sabrá mirar lo que hay en mí.

El Estrello

 

El suelo traicionero que antaño no me dejaba disfrutar de los patines sin ser acompañados por el traqueteo incesante de las ondulaciones del suelo. Es difícil encontrar este suelo por las tierras onubenses, ahora lo forman unos cuadros que hacen la misma función vibracional cuando calzas patinetes.

En cambio siempre tengo en cuestión si pisar bien fuerte el suelo mientras miras las nubes como mis antecesores me indicaban. ¿No podría volar mientras miro al suelo?

Cuando miro al suelo me pregunto porqué dejo de mirar el cielo. ¿Por qué tengo que pisarlo bien fuerte? ¿Qué pasaría si levo anclas y me separo del mundo? Es verdad que una caída podría dañarme la crisma, pero antes o después tendría la crisma rota de todas las maneras, ¿por qué no permitir que sea por estar arriba?

¿Qué hay ahí arriba tan sorprendente que haga caerte para estrellarte contra un suelo tan deforme?

La última imágen que verías en la vida del estrellamiento sería esa misma... Y bum, todo acabó.

Concierto de Internet

 

Esta imágen es bastante especial para mí porque también implica un fin de semana completo.

Pero si se identifica con algo es con mi línea de internet actual... Está ahí, pero es difícil verla, otras veces ni siquiera está.

Tenéis que perdonarme, pero mi vecino a veces es algo reacio a compartir.

Sueños

 

¿Dónde habitan los sueños? Donde quiera que sea, seguro que tienen la casa enfrente de las ilusiones y comparten barbacoa en el jardín los domingos.

Puede que sean primos o incluso hermanos y esa rama familiar haga tan fácil confundirlos.

Mientras que los sueños habitan en el corazón, donde descansan en armonía con el bienestar de la comunidad, las ilusiones parecen estar metidos en la cabeza para crear recuerdos que no existirán en contraposición a las fantasías que no se esperan hacer realidad de los sueños. ¿Puede que las casas sean al revés?

Es inevitable ilusionarse con los sueños, pero eso es lo que compone un alma libre. Al final hay que aprender a separar lo que te gustaría que fuera y lo que quieres que sea.

Ayer, un simple sueño que jamás podría creer hecho realidad se materializó ante mí. Ahora, el ángel de la muerte puede venir a recogerme que iré de la mano... combatiendo un poquito, porque nunca dejaré de luchar.

 

Vestigios de Pueblo

Me entristece un poco recordar que esa misma imágen me traía antes vestigios de un pueblo lejano que imaginaba fuera otro distinto al que era.

Ya no se asoma el Sol por esa misma lejanía de la misma manera. Ahora me siento encerrada en un pueblo grande que está dejando de ser lo que era y pierde su propia personalidad cada día.

Todo por el crecimiento y el enrequecimiento, que no me parece mal, pero que me hacen pensar que ya nada es igual. Me alegro mucho por ser conscientes de estos pequeños cambios que la gente no suele percibir, pero eso no quita que la persona que intente recorrer mi camino se encuentre con que no me entienda.

Admiraba el paisaje lejano que se figuraba en ese mismo horizonte que ha dejado de tener lejanía. Me gustaba asomarme por la ventana y recordar cuando miraba que había mucho más mundo del que yo percibía, que todavía tenía mucho camino para recorrer. Cuando miraba ese otro pueblo que me daba los buenos días sentía que tenía muchas cosas que hacer en esta vida y muchos "lejanos" países que recorrer para enriquecerme con experiencia.

Ayer tuve una conversación que iba por la misma envergadura. Una persona que considero bastante sabia me hizo reflexionar: "He visto crecer esta ciudad año tras año, sorprendiéndome con nuevos lugares y antiguos recuerdos que ya jamás estarán. Si hubieras conocido este parque como conocí yo sus tierras... Aún así, siempre se quedará atrás respecto a las demás."

El pueblo que veía ya no lo puedo mirar y el pueblo que era esto ha dejado de estar.

Despeñaperros

Durante esta semana han pasado demasiadas cosas y no he tenido tiempo para nada. He estado muy ocupada reorganizando mi vida, pero poco a poco las aguas vuelven a su cauce.

Esta imágen la tomé en este viaje en el que todavía me encuentro embaucada. Es una imágen de Despeñaperros, una de las mayores pesadillas para los viajeros en coche. Innumerables accidentes mortales han cruzado sus carreteras para llegar a "despeñarse" como "perros".

Recuerdo todos los años cómo mi madre se sobrecogía cuando cruzábamos sus curvas en carreteras de antaño, no tan bien acondicionadas como ahora. También me viene a la mente la emoción que disfrutaba con cada vuelco del coche ante la velocidad intrépita de mi padre.

Cuando dejé de cruzarlo con el mando de mi padre al volante y eran otros quienes conducían esos automóviles gigantes conocidos como autobúses, el corazón se me sobrecogía como antaño a mi madre y el vértigo volvía a mis recuerdos presentes...

Ahora ya estoy acostumbrada, ya cruzo sin mirar. Ahora lo hago admirando cómo la naturaleza puede crear algo tan escarpado. Sus imágenes colman de felicidad mi alegría interior cuando puedo apreciar lo diferentes que son las percepciones con el paso de los años y la adquisición de experiencia.