Penumbras

 

Y entre tinieblas con la mínima luz se queda guardado mi día para asimilar una decisión que he tomado.

Quizás se quede así durante un tiempo mi inspiración. Esperemos que no, pero un día de esta semana pasada se desató una ira en mi poco usual y arrasé algo de mí misma que debo dedicarme a reconstruir.

Un cambio grande me espera y tengo que ir a buscar para encontrarme con otra rutina.

Amor

 

Amor... ¿sentimiento? ¿Filosofía? ¿Religión? ¿Anhelo? ¿Deseo? ¿Sexo? ¿Sufrimiento? ¿Vida? ¿Motivo? ¿Una naranja?

¿Quién sabe decirme lo que implican esas cuatro letras sin confundir mi mente en vagos palabras de incertidumbre?

¿Quién puede aclarar lo que quiere decir una palabra con tantos significados cuando sale de una boca y juega en el oído de quien escucha?

Y cuanto más busco en mí las preguntas adecuadas para una respuesta sabia, más me adentro en el abismo de la inexperiencia que implica haber amado.

Empiezo a creer que busco algo que nadie ha encontrado: el significado verdadero del AMOR.

Creo que esta vez sólo he podido sacar en claro una cosa: que no tengo idea de lo que es el amor, pero sé demasiado sobre cómo hace sufrir con un dulce placer.